Nunca se me dio bien recordar una cara. Por un motivo desconocido, mi mente se niega a almacenar fotografías mentales de las personas que me rodean. No importa el tiempo que pase con estas personas, tarde o temprano olvidaré las facciones de su cara. A veces incluso no puedo recordar la cara de mi propia madre. Es como una vieja fotografía cansada de reproducir la misma imagen durante tantos años. La imagen se entristece, se vuelve borrosa… y cuando intento recordar su cara, es como si me quitase las gafas. Es una cualidad bastante frustrante…
Pero eso contigo no pasará. Lo tengo todo solucionado. He inventado un método que hará que siempre pueda recordarte. Mi cabeza se niega a que seas otra cara difuminada más y se libera de su inútil defecto. Contigo, mi mente no reproducirá fotografías cerebrales de tu rostro. Recordará sensaciones. No perderá el tiempo en tomarte un retrato general, sino que observará cada parte de ti, cada vello… incluso cada sensación vivida a tu lado. Cada pequeño detalle. Y lo concentrará todo… y entonces tendré el Tú más real que jamás mi mente haya podido imaginar o recordar.
Todo forma parte de una maquinaria con un complejo mecanismo: si me rozas, mi mente se activará y recopilará información detallada… llamará al tacto, para que le informe de la temperatura de la piel que rozas con la punta de tus dedos, de la presión que ejerces cuando paseas las puntas de estos por mi piel, la secuencia en que los mueves… la textura del agua que desprendes; llamará a la vista, para que visualice cada poro de tu piel, cada pelo de tu barba… que realice un estudio detallado de la forma de cada lunar así como de las formas geométricas que pintan en tu cuerpo, de la profundidad de esa piscina que tanto me gusta en un lado de tu cara… cada una de las miradas que me lanzas cuando las personas nos separan… esas expresiones que sin premeditación se proyectan en tu rostros… secuencias de películas a las que prestamos atención desde la aproximación de nuestros cuerpos… un dibujo a mano alzada de tu perfil mientras me llevas a casa; el olfato por su parte, captará todos los olores que recogen mis manos al pasearlas por tu pelo, los que quedan pegados a mi ropa cuando te vas… los que desprende tu piel… los de aquellas comidas que hemos compartido y aquellos vinos que hemos bebido…; el oído recibirá cada nota de todas las canciones que se reproduzcan mientras esté a tu lado… cual cine dogma, crearán una atmósfera sonora que cada vez que salte en cualquier situación, me llevará al lugar y el momento donde la escuché la primera vez…contigo… en un viaje a la playa, una conversación en una cocina sobre una estancia de tres semanas, un cuarto en una antigua ciudad árabe… Grabará el sonido de tu risa más sincera… Todo esto creará el más vivo recuerdo de ti… necesario para el frío viento del otoño… Cuando los grados comiencen a descender en el termómetro de mi cuarto, recordaré cálidos días de verano amenizados por un gran sol al que planearemos ir… los granos de arena que se pegan a tu espalda… tus gafas ambarinas… la barba de muchos días… tu eterna cara de despiste y como cambia según encuentra la mía… los pantalones cortados… las camisetas empapadas… el olor a recién duchado… el del sexo… y esa frase que tanto me gusta en la que dices que mis besos saben a verano…
Y esto es sólo el boceto de ti que mi mente hace. Al unir cada uno de los detalles, se crea tu nuevo Yo de mi recuerdo. Ese Yo que aparece si huelo a protector de sol y a arena… y recordaré como el levante casi nos arranca de nuestro picnic en la playa… y si escucho una sola de las canciones grabadas a fuego en mi tímpano, iré a un abrazo dado junto a la dulzura de tus labios apoyados en mi frente mientras trabajabas… si mis manos topan con una superficie rugosa, estaré en tu cama respondiendo a preguntas acerca de mis excentricidades… y si veo una cámara, apareceré de paseo por un florecido alcázar…
Y si este método falla, no me quedará más remedio que salir a buscarte por el mapa… para poder descansar en tu abrazo… y dormir con tu barbitúrica sonrisa.
Babi Petidier
{Del Amor Y Otras Dolencias}
En una ventana del ordenador
[ Phoenix – Armistice]